Una de las dependencias más grandes de los “superusuarios” de smartphones son los cargadores. Cables por todas partes, ausencia de enchufes u olvidos cuando más los necesitas son la pesadilla de todo adicto al móvil. Así que el empeño de muchos fabricantes se centra en encontrar soluciones prácticas, en muchas ocasiones a través de energías renovables o, al menos, sin electricidad directa.
Agua e hidrógeno gaseoso
Una de las más llamativas es Powertrekk, un cargador de móvil por agua, desarrollado por la empresa sueca FC. Compuesto por una bandeja con un recipiente redondo y una cubierta, funciona con dos cucharadas de agua y un agente químico no tóxico llamado siliciuro de sodio, que produce hidrógeno en gas. Este gas es lo que provee de energía a la batería y realiza la carga del teléfono.
Según sus fabricantes, puede producir la misma cantidad de energía que cuatro pilas AA, con alrededor de 10 horas de duración. Una sorprendente alternativa a los tradicionales cargadores que podría comercializarse el próximo verano: