La telenovela Por Estas Calle tuvo una duración de 2 años 8 meses al aire, rompiendo record de audiencia en Venezuela. Este seriado, escrito en sus primeros 219 capítulos por el escritor y dramaturgo Ibsen Martínez, se convirtió en una especie de diarismo, denunciando la corrupción y desafueros de la llamada 4ta República, es decir, la época en que gobernaba a Venezuela, los partidos políticos del status, Acción Democrática y COPEI.
Fuertemente se comenta que gracias a esta telenovela, el Teniente Coronel Hugo Chávez Frías, se alzó contra el gobierno legítimo y constitucional de Carlos Andrés Pérez, intentando un Golpe de Estado que en su momento fracaso pero que contó con un importante respaldo popular.
El tiempo nos ha enseñado que, lamentablemente, el remedio ha sido peor que la enfermedad, hoy Venezuela vive una gran pobreza y la inseguridad se ha apoderado de la tranquilidad del pueblo, ya la delincuencia no distingue entre clases sociales y ataca por igual a todos. Los venezolanos se han convertido en un país de inmigrantes.
De POR ESTAS CALLES surgieron varios personajes que a lo largo de los años han permanecido en el corazón de los venezolanos, uno de ellos es Eudomar Santos…
Luego de su fama en la exitosa telenovela venezolana POR ESTAS CALLES, Eudomar Santos sale de la pantalla hacia la realidad a contarnos qué ha sido de su vida desde aquel entonces y hasta ahora, y particularmente a propósito de la coincidencia casi perfecta del final de la teleserie con el advenimiento de nuevos y escabrosos tiempos para el país. Eudomar terminó el trabajo en la pantalla de RCTV convencido de que ahora sí llegaría la hora de su completa notoriedad, y sobre todo en un gobierno que se autoproclama «del pueblo y para el pueblo». Pero descubre con pasmo y horror que, justo a partir de este momento, comienza a ser víctima de la más terrible de todas las enfermedades: la invisibilidad.
Buscando el origen y la cura de tan penoso mal, Eudomar, desde su desparpajada llaneza, concluye que la razón de todo, y por ende la solución de su problema, radica en su necesidad de Consustanciarse a fondo con el discurso político de moda en el país, y es así como, sin más, opta por alistarse en las filas del chavismo militante. Y es así como empieza su periplo de más de una década como «afecto del proceso», para darnos una semblanza, humorística pero no menos descarnada, y desde adentro, de la putrefacción política y moral de un régimen que sólo lo ha tomado de pretexto para el robo y la politiquería más barata, mientras lo hunde cada día más en la misma invisibilidad de la cual él pretende deslastrarse.
El diagnóstico final de su enfermedad es simple: los de abajo jamás serán visibles, mientras sigan siendo carne de cañón de aquellos que sólo buscan el poder. Y la solución es dramática: sólo por el camino de la rebeldía, en aras de la libertad plena, su rostro recuperará la luz que lo convierta nuevamente en alguien.
Todos los latinoamericanos tenemos un Eudomar dentro de nosotros porque todos, en algún momento nos pasamos a propósito una luz de algún semáforo, otros habrán sobornado a un policía de tránsito, algunos la planilla del impuesto sobre la renta. Miles han dicho te amo y no era verdad, en fin, un largo etc.
Vaya este homenaje a Radio Caracas Televisión y por ende, a la Libertad de Expresión en Venezuela y en Latinoamérica entera.