Este Viernes Santo, millones de creyentes de iglesias cristianas evangélicas alrededor del mundo recuerdan con reverencia el sacrificio redentor de Jesucristo en la cruz, hecho central de la fe cristiana.
Para los cristianos evangélicos, el Viernes Santo no es solo una fecha litúrgica, sino un momento profundo de adoración, agradecimiento y reflexión, centrado en lo que representa la cruz: el amor inmerecido de Dios, el pago por nuestros pecados y la esperanza de vida eterna.
“Cristo murió por nosotros cuando aún éramos pecadores” (Romanos 5:8), es uno de los pasajes bíblicos más citados durante este día, recordando que la muerte de Jesús fue el cumplimiento del plan divino de salvación para la humanidad.
En diversas iglesias evangélicas, se llevaron a cabo cultos de adoración, mensajes centrados en la cruz, tiempos de oración y lectura bíblica. Pastores y líderes espirituales destacaron que la cruz no fue una derrota, sino una victoria, porque a través del sacrificio de Jesús, todos los que creen en Él tienen acceso a la salvación por gracia.
Este día también es una oportunidad para que muchos renueven su fe y compartan el mensaje del Evangelio: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).