Llegan los días de playa, y con ellos, tiempo al aire libre y mucha diversión. Y aunque un alto porcentaje de personas conocen de la importancia de proteger a la piel del sol, pocos son conscientes de la necesidad imperiosa de aplicar cuidados a los ojos, que son órganos que pueden verse altamente afectados por la exposición a los rayos UV.
Estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han evidenciado que el uso de gafas de sol es una de las principales medidas a considerar para brindar una protección de 99% a 100% contra la radiación ultravioleta. Sin embargo, estas gafas deben cumplir con ciertos estándares que garanticen su funcionalidad para cuidar a los ojos, pero también a la piel de los párpados, que es una zona muy delicada y propensa a quemaduras.
De acuerdo con el Dr. Alejandro Lalama, Jefe de Optometría de Óptica Los Andes, “El hábito de utilizar gafas es uno que debemos incorporar en nuestra rutina diaria, pero resulta más relevante aún cuando estamos expuestos a una mayor radiación, como aquella de las zonas costeras, en las que la luminosidad y la radiación se reflejan muy eficazmente sobre la arena y el agua del mar, aumentado significativamente el riesgo de daños solares.”