Aunque estamos en pleno verano, Nueva York registra una ola de bajas temperaturas que ha sorprendido a residentes y visitantes. Las calles frías, los pasos apresurados y la brisa cortante recuerdan más a un típico invierno que a los días cálidos de agosto.
Nuestro equipo captó imágenes que reflejan la sensación de frío que se vive en la Gran Manzana. Aunque no hay nieve, el ambiente transmite esa atmósfera invernal que ha obligado a muchos a desempolvar abrigos y bufandas.
Este fenómeno se suma a una serie de variaciones climáticas que han marcado el año, reforzando la percepción de cambios bruscos y extremos en el clima de la ciudad.