Las buenas prácticas organizacionales evolucionan, y los voluntariados corporativos se destacan como una tendencia clave.
Más que filantropía, se convierten en motores que impulsan la colaboración, el sentido de pertenencia y la conexión entre los colaboradores.
En un mundo empresarial orientado a la responsabilidad social, estas iniciativas no solo marcan una diferencia social, sino que también fortalecen la cultura empresarial mediante la constante renovación y compromiso.